Matt Hanes ha compartido con nosotros la primera experiencia de su hijo jugando a un juego de cartas intercambiables.

“Jimmy era el jugador más joven de todos. Él estaba muy nervioso y, la verdad, yo también. La mayoría de los otros jugadores eran adultos y se dieron cuenta de lo emocionado que estaba Jimmy. 

Estábamos jugando con uno de los mazos de iniciación preconstruidos y pensábamos que habíamos hecho un buen trabajo, pues funcionaba bien cuando jugábamos el uno contra el otro. Pero los demás eran mucho mejores que nosotros.

Sin embargo, todo el mundo nos ayudó. Una persona le regaló varias cartas para que mejorara el mazo que ya tenía. Luego nos dio un mazo mucho más competitivo para la próxima vez que asistiéramos a un torneo. Otra persona le dio un dado que hacía juego con su camiseta y él se puso tan contento que no podía dejar de agitar los brazos. (...)

Al final, cuando acabamos en el puesto 27 de 29, los ganadores se reunieron y le dieron a Jimmy sus insignias y aún más cartas. Se convirtió en el aprendiz de los demás jugadores y ahora quiere jugar siempre que puede. 

Aunque perdió casi todas las partidas, se divirtió como nunca”.