Por Joshua Pyle-Carter, Deck Box Halifax

Si nosotros pudimos conseguir el estatus Premium, cualquiera puede.

Lo mires como lo mires, somos una tienda pequeña. Somos una tienda pequeña en una ciudad (relativamente) pequeña de una provincia pequeña de la costa atlántica de Canadá. Empezamos con un presupuesto muy ajustado, hicimos crecer el negocio de forma orgánica y nunca hemos pedido préstamos.

Pero, a pesar de eso, conseguimos el estatus Premium de la WPN en junio pasado y mejoramos exponencialmente la experiencia de nuestros clientes en este proceso.

Al principio, estábamos tan lejos de ser Premium como puedas imaginar. Si lees esto y crees que para ti es imposible alcanzar el estatus Premium, te animo a que pienses a largo plazo. Con algo de esfuerzo y buenas decisiones, puedes conseguirlo.

Para nosotros, el camino constó de tres fases, básicamente, a lo largo de cinco años.

Fase 1: empieza por lo básico y avanza desde ahí

Abrimos la tienda hace cinco años con menos de 2000 dólares en nuestras cuentas bancarias. Teníamos que pagar el alquiler del apartamento en un par de semanas. Siempre que a final de mes quedaba algo de dinero extra, lo apartábamos para hacer mejoras. No teníamos mucho dinero, pero sabíamos cómo usarlo.

Teníamos una lista de lo que era importante. En cuanto nos sobraba algo de dinero, comprábamos cosas de esa lista: nuevas mesas, nuevas sillas (¡de Costco!) o una bomba de calor. Si vas a liquidaciones por cierre de negocio o consultas webs de segunda mano, puedes conseguir cosas fantásticas.

Y al no tener avales para pedir préstamos, hacíamos todo el trabajo que podíamos nosotros mismos. Nuestros primeros suelos los pusieron mi socia, su padre y su hermano, y yo construí a mano algunas de las mesas. Al principio, la estética no era una prioridad alta de nuestra lista. Eso vino luego.

Fase 2: perfecciona tu atención al cliente

Mi socia y yo siempre hemos compartido el mismo deseo para nuestro negocio: queremos crear un lugar divertido donde la gente pueda conectar con otra gente en base a su interés por los juegos. Nuestra atención al cliente siempre nos ha diferenciado, y de ahí procede nuestro éxito.

Hablamos de cualquier juego que interese a nuestros clientes. Lo abordamos todo con emoción y entusiasmo. Nunca forzamos una venta y nunca hacemos que los clientes se sientan presionados. Al contrario: ofrecemos consejos a la gente para construir mazos sin que tenga que gastarse mucho dinero, e incluso les prestamos mazos para que puedan probar antes de comprar.

La atención al cliente es lo que ha permitido que nuestro negocio crezca y nos ha proporcionado los recursos para la tercera fase, reinvertir en la tienda.

Fase 3: reinvertir en el negocio

Aquí es donde empezamos a fijarnos más en la estética, pero, aun así, no despilfarramos.

Cuando alcanzamos el estatus Premium, lo hicimos con una pequeña tienda de 120 metros cuadrados, con suelos que pusimos nosotros mismos, una pintura que elegimos nosotros, cajas viejas de una joyería que reutilizamos para otras cosas, mesas resistentes (de Kent y Home Depot) y sillas de Costco (que nos han durado más de 5 años).

A continuación explico varias cosas que debes tener presentes al reformar tu tienda.

1. Cuando estés diseñando la tienda, recorre el local en persona. Ponte en la piel de tus clientes y pasea por el local. Recórrelo varias veces. Nosotros lo hicimos antes de darle al diseñador nuestra lista de necesidades.

2. Invierte en arte. No tiene por qué ser nada tan extravagante como un mural personalizado. Los pósteres enmarcados o montados sobre un panel son fantásticos y hacen que se note que estás invirtiendo en el aspecto del local.

3. Organiza tu inventario. Si no pueden encontrar alguna cosa, no la pueden comprar. Quizá suponga mucho tiempo y esfuerzo, pero, a largo plazo, te evitará las demoras y te hará ganar dinero.

4. Las cosas deben estar conjuntadas. Esto proporciona cohesión visual a tu espacio y hace que todo dé la impresión de estar bien pensado. Pinta tus expositores del mismo color. Una pintura imprimadora en spray parece ser lo que mejor funciona.

Al final, nuestro negocio se expandió hasta un punto en el que el local se nos quedó pequeño. El año pasado nos trasladamos de un local de 120 metros cuadrados a otro de 215. (Por cierto, a la hora de trasladarte, trabaja con un agente inmobiliario profesional: valen su peso en oro).

En la actualidad, nuestra tienda es grande y bonita, pero cuando empezamos, Deck Box no era mucho mayor que una caja guardamazo.

El tema es que, aunque alcanzar el estatus Premium supone una enorme ventaja, el esfuerzo por mejorar la tienda habría valido la pena igualmente. ¡Así que permíteme animarte a que empieces hoy mismo! Si nosotros pudimos, cualquiera puede.