Big Daddy Games creó una comunidad de Magic muy viva y sostenible en un tiempo récord y, prácticamente, de la nada.

De los 116 jugadores que atrajeron desde su apertura hace seis meses, 79 nunca habían jugado a Magic en una tienda (un increíble 70 % de su comunidad de jugadores).

Su propietario, Matt Steinhower, atribuye ese éxito a la forma efectiva que tienen de presentar el juego. Se trata de un programa de tres fases llamado Magic 101/201/301 con el que los jugadores no solo aprenden a jugar.

Así es como funciona:

101: Los aspectos básicos no son los únicos básicos

Magic 101 cubre las bases: enderezar, mantenimiento, robar... No se gira el maná, sino las tierras. Todo esto es fundamental.

Sin embargo, Matt tiene una percepción más amplia de lo fundamental; introduce el elemento de identidad, que es la idea de reconocer tus propios valores en los de los personajes de Magic.

Para comunicar esto, proporciona a los jugadores un resumen del simbolismo y valores que envuelven cada uno de los cinco colores. Luego, reparte los mazos de bienvenida según cuál pueda reflejar más su personalidad.

"Puedes ver que se les iluminan los ojos, como si pensaran: sí, así soy yo", dice Matt.

Sea cual sea el estilo de juego hacia el que se inclinan, el mensaje es: "este es tu lugar". Cuando un jugador se puede identificar con la filosofía de un color en concreto, surge un sentido de inclusión y propiedad. Lo que, a cambio, crea una experiencia de juego más profunda y satisfactoria. A partir de ahí, todo se queda mejor en la memoria.

201: La estrategia no es lo único estratégico

Los conceptos son más elevados en la fase 2: se pasa de "qué son las tierras y los hechizos" a "cuál es la proporción correcta de tierras/hechizos" o de "qué es el maná" a "qué es la curva de maná".

No obstante, el objetivo definitivo de Matt es incluso más elevado: hacer que los jugadores recuerden cómo jugar a través de emociones intensas.

Esto se consigue creando interacciones entre cartas que causen resultados potentes e increíbles como, por ejemplo, deshacerte de todas las criaturas del oponente usando un Cono de llamas en el momento justo (esta carta aparece en el mazo de bienvenida rojo de Magic).

Los efectos potentes crean emoción, y esa emoción hace que el jugador quiera más.

"Esas emociones son positivas para que se entusiasmen con el juego", dice Matt.

301: Saber jugar no es lo único que hay que saber

Cuando los jugadores ya dominan el juego, Matt intenta que ganen confianza repasando elementos del juego que, en ocasiones, pasan a ser conocimientos tribales. Estos elementos incluyen convenciones generales a la hora de hacer drafts y la rotación de Estándar.

Por ejemplo, para que los jugadores se sientan cómodos haciendo drafts, Matt reparte un sobre a cada uno y hace un draft de prueba pasando cartas en una dirección diferente después de que todos los jugadores hagan su elección.

Una vez que el jugador conoce el comportamiento que los jugadores más veteranos dan por sentado, como "no hacer varios montones en un draft" o "qué hacer con las tierras básicas", siente que alcanza un nuevo nivel en el mundo de Magic que antes parecía muy confuso.

Y cuando cuentan con estos nuevos conocimientos, quieren aprovechar cualquier ocasión para usarlos.

"Cada sábado viene un padre con su hijo a jugar", comenta Matt. "Porque les encanta saber lo que están haciendo".

Animar a los jugadores de esta manera ayudó a crear una comunidad de la nada y mantuvo un índice de jugadores asiduos del que puede presumir.

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Por Matt Neubert