A ver si este tipo de jugador te suena.

Es alguien muy habilidoso y muy metido en el juego, pero retraído e intelectual. Los consejos que da sobre el juego son acertados, pero a menudo desvela duras verdades de forma muy poco amable.

¿Y este otro?

Es carismático y asertivo, pero pierde pronto el interés y no lleva bien perder.

¡Por supuesto que te suenan! Todas las tiendas tienen este tipo de jugadores, y para ninguna es fácil lidiar con ellos en todo momento.

Sin embargo, Jared Jay, el organizador de Playset Games, lo ha conseguido.

¿Cómo?

Formó el “equipo de la tienda”

Y lo utilizó para alinear sus objetivos, aprovechar sus cualidades y ejercer cambios positivos en la comunidad.

Veamos como ejemplo al primer jugador, el intelectual habilidoso. Llamémoslo Juan.

Para unirse al equipo, los jugadores debían poseer dos clases de habilidades: habilidades de juego y habilidades sociales.

Para que Juan desarrollara las segundas, Jared diseñó algunos ejercicios que aprovechaban los puntos fuertes de las primeras.

En uno de ellos, Juan tenía que tomar la colección de un compañero de equipo con menos experiencia, construir algo competitivo con ella y aprender a sobrellevar los resultados hasta que logró ganar más a menudo.

Cuando fue así, hizo de mentor del jugador con menos experiencia y le enseñó a hacer lo mismo.

“Funciona muy bien por objetivos”, asegura Jared. Los ejercicios como este le crearon nuevos objetivos más saludables que le ayudaron a crecer como jugador y como persona.

Hoy día Juan es un valiosísimo miembro del equipo, cuyos puntos de vista benefician al grupo entero.

Porque no te confundas: al equipo de Playset le gusta el juego y quieren ganar.

Y ese era exactamente el punto débil del segundo jugador, al que llamaremos Adrián.

“Solía abandonar el juego en cuanto parecía que iba a perder”, dice Jared. “Eso no es muy respetuoso”.

Jared le explicó el valor de perder.

En el caso de Adrián, la clave era la educación.

En primer lugar, educación respecto al juego: “Eres un buen jugador”, le dijo, “pero creo que puedes llegar a ser un jugador excelente”.

Tuvo que trabajar esas habilidades con Jared antes de que pudiera formar parte del equipo,

pero los resultados no dejan lugar a dudas: en el proceso, Adrián aprendió a aceptar las derrotas y a perder con honor.

“Puedes venir y ganar siete partidas seguidas, pero de eso no se aprende mucho”, opina Jared.

Adrián ha aprendido un montón desde entonces y ahora está entre los mejores jugadores de Playset. No obstante, el proyecto no ha concluido para ninguno de los dos jugadores.

“Hay que mantenerlo”, dice Jared. “Tienes que seguir invirtiendo para obtener dividendos”.

Los dividendos siguen llegando, y ser inclusivo es tu mejor baza. Todo el mundo quiere ser parte del equipo y esta puede ser una gran motivación.

¡Ponla en práctica en tu tienda!

Por Matt Neubert