Cuando pasaron unos años desde que abrí mi primera tienda de juegos en Veracruz (México), abrí una segunda en Oaxaca. Mi objetivo era ofrecer a una nueva comunidad de jugadores la misma experiencia que podrían vivir en mi tienda original.

Mi tienda original en Veracruz, México

Abrí las dos tiendas en las mismas condiciones: lugares casi sin competencia cercana, con jugadores de Magic activos y ansiosos por tener un lugar donde jugar y mucho potencial para conseguir jugadores nuevos.

Mi segunda tienda en Oaxaca, México

Después de dos años, me vi en una situación extraña: mi segunda tienda iba cuesta abajo mientras que mi tienda principal no dejaba de crecer.

¿Qué hice bien y qué hice mal? Mientras me preparaba para echar el cierre a mi segunda tienda, analicé a fondo las decisiones que tomé y esto es lo que descubrí.

Conoce a tus clientes

En mi tienda principal de Veracruz, no solo interactúo con mis clientes a diario, sino que juego y comparto experiencias con ellos. Esta conexión profunda me permite anticipar sus necesidades: a qué formatos les gusta jugar, qué tipo de productos les gustaría comprar y qué clase de eventos quieren ver en la tienda.

Como mi segunda tienda estaba en otro estado, no podía comunicarme con mi nueva comunidad. Confié en el encargado de la tienda para que aplicara mi visión, pero simplemente no es lo mismo.

Esperaba que mi presencia en las redes sociales (sobre todo en WhatsApp y Facebook) me ayudara a sobrellevar esa conexión a distancia, pero descubrí demasiado tarde que las redes sociales sirven más como método de difusión y que jamás podrán reemplazar el conocer de primera mano la experiencia de los clientes.

Atrae siempre a clientes nuevos

Tener contentos a tus clientes habituales para que sigan regresando a tu tienda es muy importante, pero no te centres en ese objetivo a costa de sacrificar el atraer a jugadores nuevos.

Cometí este error en mis dos tiendas. En mi tienda de Veracruz, llegó un momento en que muchos de mis clientes habituales dejaron de participar en eventos por diversas circunstancias personales. Al ver que mi base de jugadores disminuía, me di cuenta de que debía esforzarme en atraer a clientes nuevos. Con algunas promociones y eventos adicionales, pude darle la vuelta a esta situación.

Por su lado, mi tienda de Oaxaca tenía una base de jugadores muy consistente, así que jamás me preocupé por atraer a clientes nuevos. Pero de repente, algunos de mis clientes habituales dejaron de ir a mi tienda y mi beneficio cayó en picado. En ese caso, no tomé cartas en el asunto lo suficientemente rápido y jamás logré recuperarme.

Prepárate para lo inesperado

Hay situaciones que no se pueden controlar, pero en las que necesitas tomar decisiones rápidamente para mantener tu negocio a flote y en la buena dirección.

Yo pude aprovechar rápidamente el éxito inesperado de mi tienda principal, pero no estaba preparado para los desastres inesperados de mi segunda tienda.

En Veracruz, mi base de jugadores crecía a un ritmo que jamás imaginé. Cada vez venía más gente a mis eventos y me estaba quedando sin espacio para celebrarlos cómodamente.

Aunque no pensé en mudarme a un local más grande hasta pasados por lo menos dos años, como llenaba el aforo de forma regular, pude alcanzar ese objetivo en la mitad de tiempo.

Por su lado, mi segunda tienda sufrió un duro golpe cuando el encargado tuvo un accidente y estuvo hospitalizado durante mucho tiempo. Tuve que contratar a un sustituto rápidamente y yo no estaba preparado para darle la formación que necesitaba para cumplir perfectamente su trabajo.

Durante esa misma época, el malestar social desató el caos en Oaxaca y acabó con gran parte de los negocios de la zona, incluido el mío.

Es una decisión muy dura rendirse para frenar las pérdidas, pero me consuela acordarme de esta frase de los expertos: el fracaso es la antesala del éxito. Espero que mi fracaso también te ayude a ti a alcanzar el éxito.

Por Alejandro Sorroza, propietario de Jr. Game